Cambiamos de estación y de armario. Con el otoño llegan los abrigos y los paraguas, se caen las hojas de los árboles. Pero esto no sólo afectará a nuestra forma de vestirnos sino también a nuestro estado de ánimo. Es que somos seres sociales que tenemos un cuerpo que es afectado por el clima. Lo podemos ver en algunos lugares como Suecia, en donde suele estar nublado o con poca presencia de la luz del sol y donde la gente es más reservada, retraída, triste, a diferencia de aquellos lugares donde hay más presencia de sol, en donde invita a estar más alegre y más en contacto con otros.Aunque el clima puede afectar nuestro estado de ánimo, no es un factor determinante para que una persona desarrolle una depresión. Existen otras causas, como por ejemplo no contar con una red adecuada de “caricias positivas”. Las caricias son el reconocimiento de la existencia de una persona. Todos necesitamos que reconozcan nuestros valores, nuestros aspectos positivos, saber que somos importantes, que somos queridos, que no tenemos que hacer nada para que nos quieran. Cuando este reconocimiento no lo tenemos o es insuficiente, cuando constantemente nos estamos criticando y somos exigentes con nosotros mismos, puede ser un motivo para que nuestro estado de ánimo caiga y produzca una depresión. Si a estos factores le sumamos que vivimos en un lugar donde hay pocas horas de sol o llueve seguido, puede provocar efectos adversos.¿Es perjudicial recluirse? ¿Se aconseja salir más a pesar de las inclemencias? El recluirse es perjudicial. El estar aislados y no tener contacto con otros aumenta nuestro sufrimiento y provoca un círculo vicioso negativo del cual a veces no podemos salir. Es importante salir, realizar actividades que nos gusten, estar con personas con las cuales nos sintamos reconocidas (esta es una de las cosas más importantes, el intercambio de caricias positivas). Cuando uno se encuentra con un bajo estado de ánimo, no es recomendable estar solo y aislado. Siempre que sea posible, es importante realizar actividades al aire libre, aprovechar la luz del sol aunque sea escasa, ya que el sol es energía y es vida. Y toda actividad que se realice, es recomendable realizarla acompañados.El almanaque nos anuncia un cambio de estación, las hojas marchitas en las calles, también. Es importante encarar esto con la frente en alto, con una actitud diferente. De nosotros mismos depende, porque -como dice la canción- aunque no lo veamos (o lo veamos menos) el sol siempre está.Asesoró en esta nota: Lic. Cecilia Lotero M.N. Nº 37.589. Miembro del equipo de profesionales del Instituto de Psicología Argentino (www.institutoinepa.com.ar).